Rebeca Logan desde Washington
El precandidato presidencial republicano Donald Trump se ha convertido en “el Kardashian” de los republicanos, protagonizando un reality político que tiene nervioso al estamento republicano que no sabe qué hacer con el candidato que encabeza las encuestas.
Al igual que la extravagante familia Kardashian, protagonista de un reality y con millones de seguidores en las redes sociales, Trump tiene un alto "rating" y acapara los titulares cada vez que habla.
Y similarmente a las Kardashian, consideradas superficiales y frívolas, Trump es visto como un candidato poco serio por el sector tradicional del partido republicano, según dijo el analista republicano Ron Bonjean a Univisión.
Pero por farandulera o estrambótica que pueda ser su campaña, Trump está de primero en los sondeos de opinión, a pocas semanas de las primarias en Iowa, Nueva Hampshire y Carolina del Sur, estados donde ya se está perfilando como ganador.
Una encuesta nacional por Quinnipiac University publicada hoy, coloca a Trump con el 27 por ciento de las preferencias de los votantes republicanos, 10 puntos por encima de su rival más cercano, el senador cubanoamericano Marco Rubio.
Esa persistencia de la campaña de Trump, que desafía los pronósticos de su inminente fin y sus descabelladas declaraciones, tiene entre el nerviosismo y el pánico al estamento del partido Republicano.
¿Atacar o no atacar?
Si Donald Trump gana la nominación republicana “me tocaría irme a una isla desierta”, dijo a la publicación política The Hill el ex-alcalde de Los Ángeles e influyente donante republicano Dick Riordan.
“Creo que Trump está loco”, sentenció Riordan.
Pero por más “loco” que esté el empresario-candidato, el liderazgo republicano no puede atacarlo directamente porque deben mostrarse neutrales durante el proceso de las primarias, explicó a Univision Robert Guttman, director del Centro de Política y Relaciones Exteriores de la universidad George Mason.
“Además si lo atacan directamente esto podría tener el efecto contrario y alborotar a los votantes que lo apoyan,” señaló Guttman, quien ha seguido personalmente las campañas presidenciales desde 1968.
Adicionalmente, la dirigencia republicana no puede “tratarlo mal” porque si Trump se enoja y decide lanzarse como candidato independiente podría hundir el Partido Republicano y asegurar la victoria de su rival demócrata Hillary Clinton, estimó el politólogo.
Guttman opinó que a la hora de la verdad el estamento republicano no tiene que hacer mucho, porque considera que la campaña de Trump caerá bajo su propio peso.
Voto marginal
Para Guttman, el empresario representa un voto marginal de protesta que al final no gana, como ha pasado con candidatos similares, como la exrepresentante Michelle Bachman, el empresario Herman Cain en las primarias republicanas de 2012 y Pat Buchanan (1992, 1996).
“El partido republicano tiene su meta muy clara y esa es ganar la Casa Blanca, y ellos saben que Donald Trump no puede ganarle a Hillary Clinton”, anotó.
Si los republicanos logran deshacerse del factor Trump, los dolores de cabeza pasarían al partido demócrata: un republicano moderado, estilo Marco Rubio podría derrotar a Hillary Clinton, opinó Guttman.
Según una encuesta de McClatchy-Marist realizada en julio, Hillary Clinton le ganaría a Trump por al menos 16 puntos.
Como contraste en un enfrentamiento entre Clinton y Rubio, el senador tiene 2 puntos de ventaja sobre la ex secretaria de Estado. (Real Clear Politics)
Campaña anti-Trump
Pero no todos están esperando de brazos cruzados al vaticinado desplome de la candidatura de Trump, y han desarrollado campañas para atacarlo de forma anónima.
El comité de acción política o PAC New Day for America, que favorece la opción del gobernador de Ohio, John Kasich, ha lanzado una campaña de 2,5 millones de dólares para atacar a Trump.
Por otra parte un grupo de donantes republicanos planea un esfuerzo mediático para “derrotar y acabar” con Trump, afirma un informe del Wall Street Journal.
Esta campaña encabezada por Liz Mair, ex directora de comunicaciones online digitales del Comité Nacional Republicano, empleará “tácticas de guerrilla” contra el candidato, indica el diario.
“La cruda realidad es que si no se hace algo dramático y no convencional, Trump será el nominado republicano y Hillary Clinton será presidenta”, aseguró Mair.
Factor hispano
Además, un Trump candidato complica las opciones republicanas entre el electorado hispano, uno de los sectores considerados cruciales para el resultado electoral en estados clave, como Florida, Nevada y Colorado.
“Trump es una figura enajenante para los votantes hispanos a quienes necesitamos para ganar las elecciones”, señaló Bonjean, quien fue consejero de políticos republicanos en ambas cámaras del Congreso.
El magnate no sólo ha enardecido a grupos latinos, también ha ofendido a los musulmanes, se burló de un periodista discapacitado y justificó el trato a un activista afroamericano que fue golpeado en uno de sus eventos de campaña.
Según Bonjean, los republicanos anti-Trump están esperando a que pasen los días festivos para lanzar sus ataques.
Así que mientras Trump celebra la Navidad liderando las encuestas, el año nuevo podría traer otro tipo de sorpresas.
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