jueves, 29 de octubre de 2015

Afirma clase política no descubre el gran beneficio de hacerlo bien

  • El director del periódico El Nuevo Diario, Persio Maldonado, afirmó este jueves que la clase política dominicana no acaba de descubrir el gran beneficio de hacer bien las cosas, obviando que de las buenas acciones deviene un enorme capital político con inmensos efectos multiplicadores para la sociedad.
  • El comunicador afirma que hacerlo bien le dará siempre a un Gobierno una mayor capacidad de hacer cosas que consagren su gestión, y le demandará una menor inversión en el accionar para su presencia en el escenario político.
  • Persio Maldonado, emitió esta y otras consideraciones en su intervención en la XI Conferencia Anual de la Red Interamericana de Compras Gubernamentales (RICG), a la que fue invitado en su condición de coordinador de la Comisión de Veeduría de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET).
  • En la actividad, que se celebra del 28 al 30 de este mes en el hotel Crowne Plaza, con varios exponentes, Maldonado deploró el nivel de impunidad que se registra en la sociedad dominicana, lo que dijo torna complicada la labor de vigilancia de las acciones en el Estado.
  • Manifestó que en el país no hay temor a la ley, “pues vivimos en un régimen sin consecuencias, pese a que tenemos leyes draconianas, pero con aplicación muy flexible”.
  • Considera que la voluntad política es  clave para el éxito de lograr la transparencia y el control de la corrupción. “En esto no puede haber titubeos”, añadió.
  • Afirmó que en la situación en que se encuentra el país es preferible algo de exceso con el solo perjuicio de la duda, observando que es vital que se perciba un interés de hacerlo bien como una única opción.
  • “Aquí tendríamos que retarnos siempre al preguntarnos: por qué hacerlo mal, si podemos hacerlo bien”, precisó. 
  • Vigilancia y veeduría pública
  • El ejecutivo periodístico entiende que resulta muy interesante la vigilancia desde la veeduría pública al accionar de las instituciones del Estado, ya que permite ir construyendo un mayor nivel de confianza y de transparencia en la opinión pública respecto al Gobierno y a la dinámica estatal.
  • Sin embargo, cree que mucho más importante aún es lo que sale a relucir con esta vigilancia.
  • Estimó que la veeduría pública no resulta suficiente para controlar las prácticas corruptas en el Gobierno y del aparato estatal, pues la vigilancia está limitada a la aplicación de las contrataciones de bienes y servicios, cuyos procesos pueden ser bien llevados, pero que hay aspectos que aún quedan sueltos y que dejan todas las posibilidades de implementar la corrupción, como es la forma en que se pagan estos servicios.
  • Ve necesario implementar otra forma de pagos que no esté a la discrecionalidad de los funcionarios públicos. “Por ejemplo, pienso que con el sistema de la fiducia podría darse un correctivo. Que sea el sistema bancario que realice los pagos una vez el contratista vaya cumpliendo con los pasos de ejecución y conclusión de su contrato”, agregó.  


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