miércoles, 21 de octubre de 2015

Cristianos muertos tras el derrumbe en Guatemala

  • Han pasado 72 horas desde que se produjera el mortal derrumbe en la colonia de El Cambray II, en Santa Catarina Pinula y los supervivientes aún no salen del susto que vivieron aquella fatídica noche en la que un alud de tierra se tragó 125 casas y con ellas a sus moradores, la mayoría de ellos jóvenes con hijos de muy corta edad.
  • Las últimas cifras aportadas por el Ministerio Público elevan a 152 los fallecidos, mientras que 300 personas continúan desaparecidas, si bien los trabajos continúan solo paralizados por la noche y cada vez que llueve, por lo que en las próximas horas podría aumentar el número de muertos.
  • Mientras tanto, más de 180 supervivientes pernoctan en varios albergues, a la espera de que el Gobierno guatemalteco les ofrezca una vivienda donde poder vivir. En el albergue de la Municipalidad de Santa Catarina Pinula, los niños se distraen con la actuación de varios payasos y mimos que hacen más amena la estancia de los menores en este lugar plagado de hamacas y donde los adultos dejan pasar las horas tumbados o sentados inmersos en sus preocupaciones.
  • Varios trabajadores dependientes del Procurador de los Derechos Humanos atienden las 24 horas a estas personas ofreciéndoles ayuda psicológica y evaluando cuál es su situación para ayudarles a encontrar a familiares desaparecidos y conocer cuáles son sus necesidades de vivienda.

  • Marvin Galicia agradece a Dios haberse salvado junto a sus padres y dos familiares más del derrumbe ocurrido durante la noche del pasado jueves. Tras escuchar un gran ruido, según relata, “salimos corriendo toda la familia a la calle y nos pudimos poner a salvo, porque no estábamos durmiendo a diferencia de la mayoría de la gente que no contó con esa suerte”.
  • No obstante, asegura que su familia ha perdido su casa de donde “no pudimos sacar nada y ahora, de momento estamos aquí porque no tenemos nada”. Por ello, este mecánico de profesión espera que ahora el Gobierno les ayude, porque “lo necesitamos”, dado que, tal como reconoce resignado, ya no se podrá vivir en Cambray II. Por otra parte, señala que sí que les habían advertido del peligro que corrían viviendo en la ladera de una colina, si bien “no teníamos dónde ir a vivir” y añade que nadie pensaba que se iba a producir un derrumbe así.
  • “No existíamos en el mapa”
  • La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) notificó en 2008 a la Municipalidad de Santa Catarina que El Cambray II se encontraba en riesgo debido a la vulnerabilidad del terreno por donde pasa cercano el río Pinula, mientras que en 2014 declaró el lugar de alto riesgo.
  • Por el contrario, otra de las supervivientes, Umbelina Reyes, recalca que es “mentira” que la Municipalidad de Santa Catarina Pinula avisara a los vecinos del riesgo de vivir en esta colonia de precarias viviendas, muchas de ellas con tejados de láminas y hojalata. “Nunca nos llegaron a advertir del peligro, porque nosotros, para la Municipalidad no existíamos y, por ello, nunca escucharon nuestras peticiones, sino que siempre nos mandaban de un lugar para otro”, denuncia.
  • Sin embargo, critica que pese a que “no existíamos en el mapa, sí que lo hacíamos para pagar los impuestos”. Pese a todo ello, admite que quienes vivían en este lugar ya sabían que había un riesgo, debido a los cerros entre los que se encontraban las viviendas, pero “nunca llegaron a decirnos que no podíamos vivir ahí, por lo que ya nos habíamos acostumbrado”.
  • Mientras las familias entierran a sus muertos, 882 efectivos y decenas de excavadoras continúan trabajando a contrarreloj para tratar de hallar a alguien con vida entre los más de 17.000 metros cuadrados de tierra que se movieron tras el derrumbe. De momento, según explica a El Mundo el portavoz de los Bomberos Voluntarios, Julio Sánchez, ya se ha logrado desenterrar el 30 por ciento de las viviendas, de donde por el momento, solo se han podido extraer cadáveres.
  • Familia completa falleció
  • Uno de los casos más emblemáticos es de una familia donde fallecieron nueve de sus miembros y fueron sepultados este domingo 4, en una aldea indígena del departamento de Quetzaltenango, unos 206 km al oeste de la capital guatemalteca.
  • Lamentablemente, en este deslave de tierra murieron cristianos. Una familia cristiana también fue víctima de esta catástrofe en el cual un padre y sus 3 niños de 1 a 4 años todos cristianos, fueron sepultados en medio de oraciones y cánticos. Una hermana cristiana quien los acompañaba dijo: “Somos hermanos en Cristo y para nosotros el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.

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